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Thursday, November 20, 2014

DENTRO DE CADA MEXICANO VUELA EL AGUILA QUE DEVORARA LA SERPIENTE




Mis muy queridos herman@s Mexican@s,

Como canalizar la desesperación, la impotencia, la frustración,  el dolor? Como? Como le hacemos? Como le hago? Estas son algunas de las muchas preguntas que me he hecho por ya demasiado tiempo.


Hoy, quizás para tratar de sanar, decidí sentarme en mi jardín. Tome mi jarrito quebrado de barro que compré hace algunos años en Oaxaca y lo llene de Raicilla. Y escuche algunas de esas canciones que me regresan a casa. Me quería sentir cerca de ti, mi México. Cerca de las marchas. Cerca de mi gente. Y es entonces que comencé a escribir esta carta.

Soy orgullosamente Mexicana. Pero antes de ser Mexicana soy un ser humano, y un individuo. Después de ser individuo soy mujer, hermana, hija, sobrina, amiga, prima, nieta, tía, esposa, ciudadana de México. Antes de ser grupo, somos individuos.
Antes de ser un numero, somos seres únicos, irrepetibles y con un enorme potencial.
Para construir un país digno de representarnos debemos mirar hacia adentro e identificar al individuo, para después fortalecer al grupo.

Esto me lleva a preguntarme, quien es y cuando nació esta Mexicana que vive entre todas estas otras mujeres que constituyen mi yo?

Mi nombre es Natalia Córdova. Nací en el Distrito Federal, pero crecí en las selvas y playas de mi amado estado, Quintana Roo.

En mis venas corre la sangre de seres Mexicanos, soñadores, luchadores, rebeldes, idealistas, románticos. Les platicare de dos de los Mexicanos que formaron a la Mexicana en mi.

Dentro de mi corre la ideología y lucha de mi bisabuelo, Cesar Córdova Herrera.
Mi bisabuelo fue gobernador provisional del estado de Chiapas en el año 1925. Fue el primer político en otorgarle el derecho de votar a la mujer de su estado. El primer estado fue Yucatán en 1923, cuando durante el gobierno de Felipe Carrillo Puerto, se les otorgó el derecho municipal y estatal a votar y ser votadas. El segundo fue Chiapas, en mayo de 1925, mediante decreto del gobernador César Córdova Herrera: “Se reconocen a la mujer, de los 18 años en adelante, en todo el territorio del Estado de Chiapas, los mismos derechos políticos que el hombre”.
Desafortunadamente no tuve el privilegio de conocerlo en persona, pero se que este hombre vibra fuertemente en mi, y como mujer y mexicana tengo mucho que agradecerle.

Me educo un hombre, un gran Mexicano. Idealista. Soñador. Rebelde en su juventud. Estudiante de la UNAM. Participante del movimiento estudiantil de 1968. Extremadamente trabajador desde muy joven. Amante de su país. Mi padre. El me crío con total libertad. Me lleno de libros. Compartió conmigo desde muy pequeña sus sueños por México. Sus relatos sobre el movimiento estudiantil del 68 me llevaron a tatuarme el lema “seamos realistas, demandemos lo imposible” en el brazo izquierdo. Me enamoró de Ernesto “Che” Guevara, de Emiliano Zapata, y de Nelson Mandela.  Compartió conmigo sus escritos políticos que semanalmente publicaba en el periódico de Cancún. Me platico la historia de México, no la que cuentan en los libros de la SEP.  Si no la que se pasa de boca en boca, de abuela a nieto, de generación en generación. Compartió conmigo su frustración, su dolor, los retos que enfrentaba el país, las injusticias, y también los triunfos.

Recuerdo como si fuera ayer el dia que asesinaron a Luis Donaldo Colosio. Recuerdo donde escuchamos la noticia. Recuerdo la cara de mi padre, el hombre que me enseño a amar a México, desmoronada, incrédula. Bañada en disturbio. Recuerdo haber visto por primera vez a un hombre adulto doler profundamente por su patria. Recuerdo los sentimientos, palabras y promesas de esperanza que vibraban en México anteriores a esta fecha.
Recuerdo tener 12 años. Recuerdo perfectamente la ropa que traía yo puesta. Recuerdo sentir por primera vez los colmillos de México clavarse en mi pecho. Recuerdo lo que sentí, lo que pensé. Recuerdo subir al tercer piso del edificio “Popolnah” (aun en construcción) en la avenida  Nader. Recuerdo voltear al cielo estrellado de mi querido Cancún a través de la ventana sin vidrio y pedir por la vida del candidato. Recuerdo no saber bien si rezaba yo por Colosio o para que no tuviera yo que ser testigo del dolor y decepción que esta noticia había causado en mi padre y en otros mexicanos a mi alrededor. Recuerdo sentir que mi presente y el de México venían cargado de futuro. Recuerdo presentir que este momento traería muchas desgracias mas. Ese dia entendí lo que era pertenecer a un grupo bajo el nombre de patria. Ese dia me identifique con muchos otros como ciudadana de una nación que pasaba por una tragedia. Ese dia jure siempre tratar de buscar el bien para mi país.
Recuerdo ese dia como el despertar de la Mexicana en mi.

A partir de esa fecha me comprometí a informarme y educarme sobre los acontecimientos políticos, sociales y económicos del presente y pasado de México. Me comprometí a ser hermana de mi compatriotas. Me comprometí con la justicia, la libertad, la honestidad. Me comprometí con México.

Pasaron los años y en mi juventud, como puede ser común, me decepcione de mi país. Grite, mente madres, agredí a aquellos políticos y personas que sentí  le hacían mal a mi pueblo. Escribí con rabia y llanto. Viví fuertes confrontaciones y me pelee con desconocidos y conocidos que sentía yo que solo veían por si mismos. Con los apáticos que no hacían nada por mejorar la situación. Con aquellos que en mi juiciosa opinión volteaban la cara a las enormes injusticias por las que pasaba el país. Fui pesimista. Anarquista. Mi voz enojada y alta puso en cierto peligro a mi familia. Ataque a aquellos que destrozan a México y fui atacada de regreso.

Y que logró esta joven Mexicana con todo esto? No mucho, si no es que nada. Porque no se logra nada con furia y desorden. No logre nada porque deje lo mas importante fuera de todos mis gritos. Abandone al verdadero México en mis agresiones. Abandone al México que me ha dado todo. Abandoné la paz, abandoné la razón, abandoné todos lo libros que he leído, abandone a mi educación, abandoné mi hermandad, abandoné a los mexicanos silenciados por esta incontrolable violencia y me deje llevar por mi frustración, mi impotencia, mi enojo, y mi dolor.


Hoy, como lo dice esta famosa frase que esta en todas partes “ya me canse”.
Ya me canse de gritar. Ya me canse de agredir. Ya me canse de luchar con las mismas armas violentas con las que nuestro gobierno lucha en nuestra contra. Ya me canse de hablar de nuestro corrupto, inepto e injusto sistema gubernamental. Ya me canse de criticar. Ya me canse de llorar. Ya me canse de sentir un nudo en las tripas constantemente. Ya me canse de hablar de Enrique Peña Nieto. Ya me canse de decir que nuestro presidente no hay leído ni un libro. Ya me canse de escuchar a la “primera dama” “la gaviota” intentar mentirnos con su enorme falta de talento actoral, y tratar a mi gente como tarados. Ya me canse de culpar a Carlos Salinas de Gortari por todo lo que me ha tocado vivir como adulto en México. Ya me canse de escuchar a Mexicanos como Jesús Murillo Karam decir “Ya me canse”. Ya me canse de los partidos políticos, del PRI, del PAN, del disque Verde Ecologista, de Morena. Ya me canse de nuestros senadores, diputados y muchos mas representantes. Ya me canse de la apatía que corre como cáncer maligno por los cuerpos de tantos Mexicanos. Ya me canse de pelear en contra de gente conformista que no merece ni mi energía, ni la de cualquier otro buen Mexicano. Ya me canse de darme cuenta que la situación en la que estamos la crearon Mexicanos. No extraterrestres que conquistaron nuestra tierra, pero Mexicanos que decidieron robar, violar, secuestrar, matar, mentir, voltear la cara, romper la ley y cometer actos injustos. Ya me canse de sentirme decepcionada. Ya me canse de exponer las mentiras y corrupción de Televisa, empresa con la cual NUNCA acepte trabajar, pues siempre he pensado que mi pueblo merece mas calidad de la que esta empresa les sirve. Ya me case de nuestros medios de comunicación vendidos. Ya me canse de que la verdad tarde mas en ser dicha y creída que las mentiras. Ya me canse de alumbrar el mal. Ya me canse de la obscuridad.

Esto no quiere decir que me doy por vencida. Eso jamás. Mi “ya me canse” viene de un cambio de actitud, un cambio de perspectiva.

Hoy, elijo ser el ejemplo del México que quiero, deseo y creo firmemente que nos merecemos.  De hoy en adelante seamos, Mexicanos justos, honestos, congruentes, responsables.

La honestidad no es un deber social, ni un sacrificio por los demás. La honestidad es la virtud mas grande que el ser humano puede practicar. La honestidad es nunca sacrificar la realidad de nuestra existencia por nada, ni nadie.
La justicia es juzgar a cualquier ser con total y completo respeto por la verdad. Cuando un país, gobierno, sociedad o individuo le da a cualquier otro asunto mayor importancia que a la justicia, devalúa por completo su propia moralidad. La quiebra moral, un acto increíblemente injusto, es castigar a los hombres por sus virtudes y recompensarlos por sus vicios.
Congruencia es identificar que no podemos engañar a nuestra conciencia. Es reconocer que no se puede permitir ninguna violación entre acción, palabras y el pensamiento. Es serle fiel a la verdad, y a nuestra propia conciencia.
Responsabilidad es una disciplina moral exigente que muchos tratan de escapar. Es la plena aceptación de nuestras propias decisiones, acciones y sus consecuencias.

Eduquémonos, informémonos. Compartamos los hechos, no divulguemos y le demos mas importancia a chismes, chistes y mentiras. Basemos nuestra lucha en lo mejor de nosotros, no en lo peor del enemigo. El ser humano tiene una única opción básica: pensar o no pensar, y eso es el indicador de su potencial. Seamos Mexicanos de pensamiento.
El sistema político, económico, jurídico y social de un país, esta basado en su código de moralidad. Si vamos a reconstruir a México en una premisa moral tenemos que nosotros como individuos vivir a diario esa moralidad. La primordial razón de existir de un gobierno es para proteger los derechos de sus ciudadanos. Nuestro gobierno ha fallado en su primordial razón de ser. No nos fallemos a nosotros mismos como hermanos, protejamos tanto nuestros derechos como los del prójimo. No dejemos a el gran Mexicano dentro de todos nosotros perecer en esta solitaria decepción. Luchemos, pero luchemos por lo mejor de nosotros como individuos y como pueblo. Marchemos por nuestras virtudes que son tan abundantes. 
Mexicanos por el bien común. Mexicanos por la paz.

El cambio no esta por venir, el cambio esta presente y su motor somos nosotros. El cambio toma tiempo. Toma dificultad, llanto, dolor, sangre y muertes. Pero el cambio ya es nuestro. El cambio no es de aquellos que le temen. El cambio es del verdadero México. De aquellos ciudadanos descontentos e indignados. Encontremos la formula para cambiar juntos. Marchemos contra corriente pero unidos. Con el corazón lleno de orgullo de ser Mexicanos. Sin complejos, ni discriminaciones. Mujeres y hombres a la par. Con la ardiente convicción de que nada es imposible. Con las mismas ganas y esperanza con la que se entregaron los héroes de nuestra historia. De la mano de nuestros valientes estudiantes del 68, los jóvenes de Ayotzinapa, y las miles de almas anónimas que a diario nos susurran...Fuerza.
Porque este cáncer, que parece que nos come, tiene sanación y la medicina esta en nuestras manos.  Si, estamos muy cansados, estamos mas que hartos, estamos llenos de dolor y rabia. Pero son estos sentimientos los que acabaran con nosotros antes de acabar con el mal que rige nuestra patria. No dejemos que este cáncer corra por nuestras venas. No dejemos que consuma nuestro espíritu. No mandemos mensajes de agotamiento, desesperación y violencia. No perdamos la batalla antes de iniciar la verdadera lucha por un mejor México.

No nos enfoquemos en ser “anti  mal”. Enfoquémonos en ser “por el bien”. No le otorguemos mas energía y luz a aquellos que tanta obscuridad nos han dado. Seamos lideres que luchan con la paz, la bondad, la empatia, la justicia, la libertad como sus lemas. Seamos aquellos Mexicanos que México necesita. Seamos la luz que abre brecha para mas luz.

Dentro de cada uno de nosotros aquí y ahora palpita una pasión inconmensurable por nuestra gente, nuestros herman@s. 
Unámonos.
Dentro de cada uno de nosotros aquí y ahora vive el Mexican@ que lograra el cambio. Identifiquémoslo.
Dentro de cada uno de todos nosotros aquí y ahora se encuentra la luz, el amor, la inteligencia, la integridad y la bondad para sanar las heridas de México. 
Compartámoslas. 
Dentro de cada uno de nosotros aquí y ahora esta la medicina para aniquilar a este cáncer que nos consume.
Saneémonos.
Dentro de cada uno de nosotros, vibra el gran Mexicano que se merece nuestro país. El individuo que hará mas fuerte al grupo. Identifiquemos a este Mexicano y pongámonos al servicio del otro, no solo de nosotros mismo. Solo así podremos otorgarle a nuestro México bello y amado el grupo de individuos Mexicanos que se merece, el grupo de individuos Mexicanos que cambiara a nuestra patria.

Dentro de TI, dentro de MI, dentro de CADA UNO DE NOSOTROS vuela el águila que devorara a la serpiente.

Duende, siempre duende.



-N.